Evo y la hoja de coca (y no de parra)
Cuenta la leyenda que en una región de los Andes vivía una mujer extraordinaria.
De magnífica belleza.
Tenía mucho encanto y en exceso presumida.
Era una diosa.
Cuando tomaba un aspecto humano, compartía con los hombres su encanto con caricias hechizantes.
Que la hoja de coca simboliza hoy la resistencia del pueblo aymará a la agresión cultural occidental y cristiana...
Que la “guerra contra las drogas” es contra los campesinos del Tercer Mundo...
Que, además, la hoja de coca simboliza la sobrevivencia de los campesinos del Tercer Mundo, quienes, arruinados por las políticas agrícolas altamente subsidiadas de los países industrializados, se ven obligados a producir cultivos que contienen drogas, los cuales no están subsidiados y el mercado ilícito los paga de acuerdo a sus costos de producción...
Que Evo Morales reclama el derecho de su pueblo a disfrutar de otros recursos naturales que le pertenecen como son los hidrocarburos...
Que el triunfo de Evo Morales pone el conflicto internacional planteado por la política hegemónica de control de drogas, así como la política hegemónica agrícola y la política hegemónica de disfrute de los recursos naturales, en términos de un contencioso entre Estados. No de enfrentamiento entre campesinos y militares en las zonas de producción, no de policías, fiscales y jueces persiguiendo usuarios y proveedores de drogas.
Que si de causantes de problemas de salud estamos preocupados, en Chile, no está contemplado aplicar la ley penal a los viñateros, por el contrario, nuestros vinos son un símbolo de la nación; ni en EE.UU., los productores de tabaco de Virginia son perseguidos a balazos por las autoridades.
(Extractos. “La coca ha triunfado en Bolivia”, de Ibán de Rementería, publicado en La Jornada, La Paz, 19 diciembre 2005, y reproducido el 23 en El Mostrador.cl).
Pero la conducta de esta mujer despertó los celos de las esposas y las protestas morales de los ancianos que la persiguieron.
Y la mataron.
La enterraron en una tierra fecunda, en un lugar donde llovía mucho.
Es que, como afirma Evo Morales, indigena aymara y flamante presidente electo de Bolivia: “Nuestra lucha no sólo es por el territorio sino por la dignidad y soberanía del boliviano. ¿Qué lucha es la que se hace ahora contra el narcotráfico? Si los EE.UU. quiere hablar sobre eso, les desafío a firmar una alianza de combate verdadero a la droga. Cero cocaína, cero narcotráfico. Ellos serían los responsables de eliminar el mercado consumidor y de impedir que el dinero del narco vaya a los bancos. Esos miles de millones de dólares no se los quedan los pequeños productores de hoja de coca. Desafío a EE.UU. a una lucha efectiva contra el narco. No habrá cero de hoja de coca, pero sí apostaremos a cero de cocaína y a cero de narcotráfico".
Es que, como afirma Evo Morales, indigena aymara y flamante presidente electo de Bolivia, quienes le llaman dirigente cocalero, así, despectivamente, ignoran mucho sobre la hoja de coca. "He sido dirigente cocalero porque me opongo a la erradicación de un cultivo milenario que tantos beneficios puede traer al país, sin dedicarlo a la droga. Me gusta la hoja de coca. Esta hoja de coca ha parido a Evo Morales, ha parido a nuestro movimiento político de liberación del pueblo, el MAS. No me molesta que me llamen cocalero, pero tratan de humillar e insultar porque desconocen todo sobre las utilidades de la hoja de coca. Antes nos mataban a bala, ahora nos quieren matar con la guerra sucia, con la mentira".
Es que, como afirma Evo Morales, indigena aymara y flamante presidente electo de Bolivia, los pueblos indígenas, aymaras y quéchuas, decimos:
ama suwa -no robar-,
ama llulla -no mentir-,
ama qhilla -no seas vago-.
Con esta ley queremos gobernar y dignificar al país.
(En "Esta hoja de coca ha parido a Evo Morales y al MAS", de Joaquim Ibarz, La Vanguardia).
Del polvo de su cuerpo nació un arbusto chiquitito, cuyas hojas tenían propiedades maravillosas.
Esas hojas tenían la fuerza de aliviar los dolores e infundir el optimismo de la vida.
La diosa se vengó de las esposas haciendo que sus maridos sufran de la permanente tentación de masticar aquellas hojas maravillosas.
Eso...