La Ventana de Trutruka

martes, mayo 06, 2008

Lugo y los ayoreos



Casi como una anécdota, por su condición de ex obispo, se ha presentado la victoria del electo presidente de Paraguay, Fernando Lugo.
El 20 de abril, Lugo y el pueblo paraguayo no sólo derrotó al Partido Colorado entronizado por 61 años en el poder y que apoyó sin condiciones al dictador Alfredo Strossner, sino que supo encarnar las esperanzas del pueblo guaraní y, de paso, entrar a la verdadera transición hacia la democracia.
Augusto dos Santos, Director de la Radio Fe y Alegría, plantea que quienes conocen a Fernando Lugo, saben que no usa sandalias sólo por unas antipáticas varices sino porque la trasgresión y, si se quiere, la subversión cultural forman parte del ‘estilo Lugo’.
“Debemos aprender a convivir con un presidente que dará reiterados mensajes semióticos de pertenencia ‘preferencial’ al mundo pobre, lo cual, lejos de ser una amenaza sectaria es una histórica oportunidad de inclusión; pese a quien pese, y aun atiborrado de primeros, segundos y decimoquintos anillos de políticos y otras especies faunísticas del poder, emergerá siempre -para el disgusto de los estilistas de la fashion politik- los gestos francos del ‘obispo de los pobres’” , advierte el comunicador paraguayo.

Tan cerca que está Paraguay y tan desconocido. Y como nunca es tarde, aprovechamos este espacio - La ventana de trutruka – para reproducir el artículo “Las subversivas sandalias de Fernando y los pueblos indígenas”, de Augusto dos Santos en el diario digital Somos Paraguay http://www.somosparaguay.com.py/), el que está precedido de un poema de Elvio Romero.


Los Ayoreos

Los ayoreos sueñan con sus bosques,
con la Tierra-sin-mal que está escondida
más allá del palmar y el horizonte,
con el collar de pluma de sus ritos,
con los misterios hondos de la noche.

(El hombre blanco ha impuesto
su ley en la comarca;
le desterré a sus dioses,
le arrebaté sus máscaras,
su alba de guacamayos,
sus confines de caza.)

Los ayoreos sueñan con sus bosques,
con la iguana que cruza las picadas
y el caimán que bosteza por los bordes
del gran río, en las siestas amarillas,
cuando el calor arrasa con los montes.

(El blanco le ha robado
el venado y la calma,
las antiguas creencias,
la luz antepasada,
la vincha de fulgores
y la vara de danzas.)

Los ayoreos sueñan con sus bosques,
con el panal de fuego del lucero;
descifran el lenguaje y los colores
de las aves que cruzan el desierto,
de las serpientes en los camalotes.

Mientras el blanco trama su emboscada,
los ayoreos sueñan con sus bosques.


Las sandalias de Fernando Lugo tienen una grave misión: caminar los rumbos jamás caminados. Nadie se ocupó con mucha seriedad de uno de los planteos más nítidos realizados y reiterados, no sólo por el Presidente sino por su hermana Mercedes, como prioridad social: la suerte de los pueblos indígenas.
”El Otro yo”, del Dr. Merengue, era una historieta argentina inolvidable de Guillermo Divito en los 40, que representaba una radiografía de la hipocresía. Si Merengue viviera, emergería su otro yo ante el anuncio presidencial vociferando a su estilo " ¡A quiénes importan los indígenas!"; y como radiografía de la realidad tendría mucha razón.
Salvo la gente con sentido social crítico, sectores indigenistas con vocación de servicio, alguno que otro burócrata solitario en la historia y misioneros, no hay motivos para pensar que los indígenas – por cierto muchos a punto de seguir muriendo de hambre, sed, indiferencia, despojos y enfermedades – forman parte del interés solidario de nuestra sociedad.
Cuando Fernando Lugo dice al día siguiente de su victoria, durante una entrevista en Radio Fe y Alegría 1.300 am, con la voz vibrante de emoción, que los indígenas serán el primer objetivo de su acción social, más de una señora copetuda habrá recordado lo mal que los indígenas hacen a la estética de las plazas.
Diversos sectores sociales y, fundamentalmente, los que enfocan la problemática indígena deben salir de sus compartimentos estancos y producir una plataforma que apoye la iniciativa desde la sociedad civil organizada y las Ong’s, por cuanto se trata de un anuncio político inédito, que puede caracterizarse casi – al menos en términos cronológicos como : "Los indígenas en primer lugar".
¿Cuándo, sino ahora, un Presidente cuya iniciativa social es confiable plantea cambiar este miserable mundo indígena (cuya miserabilidad es responsabilidad de terceros, claro) por un proyecto vital y cultural más digno para los hermanos más despreciados por nuestra sociedad?
"Mientras el blanco trama su emboscada, los ayoreos sueñan con sus bosques", supo decirnos Elvio Romero en su inmortal verso social. El último gobierno colorado, como los anteriores, no escuchó nunca a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos , ante lo cual su autoridad el presidente de la CIDH, el salvadoreño Florentín Meléndez tuvo que declarar en el 2007 a una agencia informativa "hemos puesto énfasis en algunos problemas serios, como la precariedad de las poblaciones indígenas, falta de acceso al agua, a salud y a escuela".
Los Indígenas son propietarios de valiosos recursos naturales pero por falta de una política de Estado viven en las ciudades pidiendo limosnas, dice ese mismo año para la agencia informativa Indymedia, el economista Rafael Carlstein
Fernando Lugo debe dar un golpe de campeón de box contra esta suerte; no sólo en términos de devolverles su territorio, su comida, sus signos identitarios, sino además en la línea de dignificar la participación concreta del mundo indígena en el diseño, la construcción y el monitoreo de las políticas públicas de su incumbencia.
Que este puño de hierro tumbe de una vez y para siempre a los políticos – principalmente de la región occidental – que en cada elección aprovechan la pobreza miserable de nuestras naciones originarias para "arrearlos" embriagarlos y desarmarlos de su dignidad para inducirlos al voto. Políticos?.Perdón, decía, delincuentes desgraciados que merecen una buena investigación y una mejor condena, ahora que creemos que se puede.
Sueño con una subversión de las sandalias que camine otros rumbos, mejores, para fugarnos de una vez de este viejo "empedrado chino" que hizo que tropezaran, hasta hoy, todos los pasos hacia la esperanza.




Y eso...