La Ventana de Trutruka

lunes, julio 23, 2007

Las malas palabras, según el Negro Fontanarrosa


No sé si uds. sabían de la existencia de Roberto Fontanarrosa, quien acaba de fallecer en su Rosario natal, a los 62 años. Cómo lo lloran los argentinos! Conocido como dibujante por sus personajes "Inodoro Pereyra" y "Boggie, el aceitoso". También, como escritor de novelas y cuentos como "El Mundo ha vivido equivocado", "Palabras iniciales" y "19 de diciembre de 1971", entre otros. Aparte, militante fanático del equipo de sus amores: Rosario Central.

Desde La Ventana de Trutruka, un homenaje a este creador multifacético y, qué mejor! que reproducir la intervención que hiciera en el Tercer Congreso Internacional de la Lengua Española, llevado a cabo en noviembre de 2004, en Rosario, escenario que utilizó para defender la existencia de las "malas palabras" y pidió una amnistía para ellas.

Negro Fontanarrosa, que vivas por siempre!

Las malas palabras

“No voy a lanzar ninguna teoría. Un congreso de la lengua es un ámbito apropiado para plantear preguntas y eso voy a hacer.La pregunta es por qué son malas las malas palabras, ¿quién las define? ¿Son malas porque les pegan a las otras palabras?, ¿son de mala calidad porque se deterioran y se dejan de usar? ¿Tienen actitudes reñidas con la moral? Obviamente, no sé quién las define como malas palabras. Tal vez sean como esos villanos de viejas películas como las que nosotros veíamos, que en un principio eran buenos, pero que al final la sociedad los hizo malos.


Tal vez, al marginarlas las hemos derivado en palabras malas, ¿no es cierto?Muchas de estas palabras tienen una intensidad, una fuerza, que difícilmente las haga intrascendentes. De todas maneras, algunas de las malas palabras... no es que haga una defensa quijotesca de las malas palabras, algunas me gustan, igual que las palabras de uso natural.


Yo me acuerdo que en mi casa mi vieja no decía muchas malas palabras, era correcta. Mi viejo era lo que se llama un mal hablado, que es una interesante definición. Como era un tipo que venía del deporte, entonces realmente se justificaba. También se lo llamaba boca sucia, una palabra un poco antigua pero que se puede seguir usando.Era otra época, indudablemente.
Había unos primos míos que a veces iban a mi casa y me decían: “Vamos a jugar al tío Berto”. Entonces iban a una habitación y se encerraban a putear. Lo que era la falta de televisión, que había que caer en esos juegos ingenuos.


Ahora, yo digo, a veces nos preocupamos porque los jóvenes usan malas palabras. A mí no me preocupa que mi hijo las diga. Lo que me preocuparía es que no tenga una capacidad de transmisión y de expresión, de grafismo al hablar. Como esos chicos que dicen: “Había un coso, que tenía un coso y acá le salía un coso más largo”. Y uno dice: “¡Qué cosa!”.


Yo creo que estas malas palabras les sirven para expresarse, ¿los vamos a marginar, a cortar esa posibilidad? Afortunadamente, ellos no nos dan bola y hablan como les parece. Pienso que las malas palabras brindan otros matices. Yo soy fundamentalmente dibujante, manejo mal el color pero sé que cuantos más matices tenga, uno más se puede defender para expresar o transmitir algo. Hay palabras de las denominadas malas palabras, que son irremplazables: por sonoridad, por fuerza y por contextura física.

No es lo mismo decir que una persona es tonta o zonza que decir que es un pelotudo. Tonto puede incluso incluir un problema de disminución neurológica realmente agresivo.
El secreto de la palabra pelotudo, ya universalizada, está en que también puede hacer referencia a algo que tiene pelotas, que puede ser un utilero de fútbol que es un pelotudo porque traslada las pelotas; pero lo que digo, el secreto, la fuerza; está en la letra t. Analicémoslo: está en la letra t, puesto que no es lo mismo decir zonzo que decir peloTudo.

Otra palabra maravillosa que en otros países está exenta de culpa es carajo. Esa es otra particularidad, porque todos los países tienen malas palabras pero se ve que las leyes de algunos países protegen y en otros no. Tengo entendido que el carajo era el lugar donde se colocaba el vigía, en lo alto de los mástiles de los barcos para divisar tierra o lo que fuere, entonces mandar a una persona al carajo era estrictamente eso, mandarlo ahí arriba.

Amigos mexicanos me explicaban que las islas Carajo son unas islas que están en el océano Indico.

En España, el carajillo es el café con coñac y acá apareció como mala palabra, al punto que se ha llegado al eufemismo de decir caracho, que es de una debilidad absoluta y de una hipocresía... ¿no?

Hay otra palabra fundamental en el idioma castellano, que es la palabra «mierda», que también es irremplazable. El secreto de la contextura física está en la r, que los cubanos pronuncian mucho más débil - mieLda - que suena a chino y en eso está la base de los problemas que ha tenido la Revolución cubana, en la falta de posibilidad expresiva.

A veces hay periódicos que ponen: «El senador fulano de tal envío a la M a su par…». La triste función de esos puntos suspensivos, realmente el papel absurdo que están haciendo ahí, merecería también una discusión acá, en el Congreso de la Lengua.

Lo que yo pido es que atendamos a esta condición terapéutica de las malas palabras. Mi psicoanalista dice que es imprescindible para descargarse, para dejar de lado el estrés y todo ese tipo de cosas. Lo único que yo pediría -no quiero hacer una teoría- es reconsiderar la situación de estas palabras. Pido una amnistía para la mayoría de ellas. Vivamos una Navidad sin malas palabras e integrémoslas al lenguaje porque las vamos a necesitar”.


Y eso...

viernes, julio 20, 2007

A mis amigas y amigos, en su día


Imperdonable olvido. No podía faltar. Si el día de la madre, del padre, del niño, de la secretaria y otros que se me quedan en el tintero, hace tiempo ya están instalados entre nosotros, con su comercio, publicidad, regalos, y emocionadas lágrimas de cocodrilo, el Día Internacional del Amigo y de la Amiga no podía estar ausente. Si bien a Chile ha llegado tímidamente y recién da sus primeros pasos, el 20 de julio es ya celebrado en varios otros países.
No seré yo quien se oponga, aparte de que anoche soñé despierto que le decía a una amiga que esperaba fuese nuestro último día del amigo y pronto pudiésemos festejar el día de los enamorados. Genialidad de insomne.

Leonardo me envió un extracto del cuento “Los amigos”, de Aída Bortnik.
”No pueden impedir que uno sufra, no pueden garantizar que uno sea feliz; no pueden reemplazar a la madre, ni al padre; no pueden confundirse con el amante ni con el hijo; no evitan que uno cometa errores, ni aciertan siempre en celebrar a tiempo el verdadero triunfo sobre uno mismo; no impiden que el dolor duela, ni aseguran que el amor ame; no detienen el tiempo, ni sus deterioros; no apresuran el equilibrio ni sus armonías; no están siempre que hacen falta, ni se van sólo cuando uno está preparado para la soledad; no colman todas las posibilidades de la sed, ni se privan de despertar otras nuevas. Los amigos solamente hacen que el espejo nos devuelva la imagen de alguien capaz de ser amado por alguien a quien ama. Los amigos solamente hacen que la vida valga la pena de ser vivida”.

Otra mirada que me identifica es la canción de Joan Manuel Serrat, “Las malas compañías”.

Mis amigos son unos atorrantes.
Se exhiben sin pudor, beben a morro,
se pasan las consignas por el forro
y se mofan de cuestiones importantes.
Mis amigos son unos sinvergüenzas
que palpan a las damas el trasero,
que hacen en los lavabos agujeros
y les echan a patadas de las fiestas.
Mis amigos son unos desahogados
que orinan en mitad de la vereda,
contestan sin que nadie les pregunte
y juegan a los chinos sin monedas.
Mi santa madre
me lo decía:
"cuídate mucho, Juanito,
de las malas compañías".
Por eso es que a mis amigos
los mido con vara rasa
y los tengo muy escogidos,
son lo mejor de cada casa.
Mis amigos son unos malhechores,
convictos de atrapar sueños al vuelo,
que aplauden cuando el sol se trepa al cielo
y me abren su corazón como las flores.
Mis amigos son sueños imprevistos
que buscan sus piedras filosofales,
rondando por sórdidos arrabales
donde bajan los dioses sin ser vistos.
Mis amigos son gente cumplidora
que acuden cuando saben que yo espero.
Si les roza la muerte disimulan.
Que pa' ellos la amistad es lo primero.

Feliz día de la amiga, feliz día del amigo!

Y eso...

martes, julio 10, 2007

Mal paso

¿En qué volada se nos fue Eva Ayllón al componer el vals peruano Mal Paso? ¿Cómo se le ocurre comenzar una canción con un gerundio? Argumentando que tienes mala suerte, vas contándole a la gente la razón de tu fracaso.

Un gerundio que los periodistas eluden por considerarlo conjugación verbal pasiva. Lo rehúyen sobre todo en los titulares y, también, en los inicios de artículos porque lo que se busca es esa rara mezcla de llamar la atención del lector y, a la vez, entregar información. Mi amigo Conejo, ágil reportero de las pampas, decía que es como las minas que usan minifalda, "mostrar, pero no mucho".

Cuento aparte es la forma perifrástica utilizada en la sierra ecuatoriana y el sur de Colombia. Se trata de la fórmula “dar + gerundio”, que provendría del quichua y que es una manera de atenuar el imperativo. Por ejemplo, en vez de ordenar directamente “pásame”, dicen “dame pasando”.

No me quedaré pegado en el gerundio, pero antes otra curiosidad. Existe, al menos en España, la expresión que es gerundio!, detrás de un verbo en gerundio, y se emplea familiarmente para exhortar a alguien a realizar la acción señalada por el verbo. Y, también, con intención humorística, se emplea a veces detrás de una palabra que no es un gerundio: a callar, que es gerundio.
Así que vayamos a lo nuestro, que es gerundio!

Argumentando que tienes mala suerte
vas contándole a la gente la razón de tu fracaso
Pero la gente
que es tan cruel y despiadada
y que no le importa nada
se ríe de tu mal paso


El personaje en cuestión que no es identificado y que es quien argumenta, va yendo de víctima por la vida, dando pena, llorando miserias, culpando su desazón a una supuesta mala racha y no dando mayores luces acerca de la ocurrencia de algún condoro. Desconociendo que uno es el dueño del rumbo que le da a su existencia e ignorando que ni el mismísimo Dios, ni desastres naturales ni accidentes amorosos pueden usarse de pretexto para echar la culpa al empedrado.

Otro personaje es la gente. Personaje plural. Son los viejos del bar y las veteranas del barrio, los compadres de la esquina fumándose su pito y bajándole su chela, las dueñas de casa que barren tres veces al día el frontis de su casa. Y la chiquillada que anda inocentemente en bicicleta pero que desde temprana edad ya se la saben por libros.
Y la gente no es adorno del barrio ni naturaleza muerta sino actor/actriz, y parapetada tras la mayoría y el anonimato es inmisericorde, insensible e indiferente.

Es que como planteaba Hobbes, homo hominem lupus, el hombre es el lobo del hombre, lo que en buen chileno significa al cagado, cagarlo más. “.

Y el mal paso se refiere a que el personaje no identificado no calculó o calculó mal. Se fue tras otra mujer? Otra lo atrajo, lo sedujo, lo ilusionó y, luego, lo botó. Como reza el dicho popular, “la mujer cuando quiere, el hombre cuando puede”. Y perdió.

Ahora sufres y vives angustiado
tú sabrás lo que te toca
siempre fuiste caprichoso


O habrá querido independizarse, vivir sin ataduras, caprichosamente libre? Pero no pudo con el lecho vacío y la soledad, y perdió.


Dice la gente
que es tan cruel y despiadada
que si es que estás abandonado
es porque no eres gran cosa .


“La gente que es tan cruel y despiadada, y que no le importa nada...” no perdona chuecuras ni infidelidades ni entiende de arrebatos libertarios ni valora búsquedas cósmicas. Por eso se ríe de ese mal paso, sin conmiseración.
Y hombre caído, abandonado y perdedor no es alguien sino cosa. Y poca cosa.
Loser igual nadie, nada.

Y si algún día te acuerdas de mí
recuerda que yo te quise tanto
Y tú sin piedad
te fuiste de mí
sabiendo que te amaba
me pagaste mal.


Y por fin aparece el tercer personaje, la mujer menospreciada. Y llega en cuerpo y alma, con el sentimiento de haberlo dado todo, con la rabia del abandono-mal paso y del mal pago, en su memoria la imagen feliz de un cariño de veras, con la estúpida ilusión que él aún recuerda ese amor desbordado. ¿Hay alguna esperanza escondida? ¿Por qué esa rememoranza del pasado? ¿Actriz, víctima también? Afortunadamente está la gente que, solidaria, acompaña comprensiva a esta mujer desengañada y herida. Y, además, la venga.
Explosivo cóctel de lástima, despecho y venganza.

A ambos, sin embargo, les falta actitud, hacer del escollo doloroso y del fracaso una oportunidad. De cara al futuro, a lo Kevin Johansen cuando canta “desde que te perdí, las puertas se me abren de par en par, se me abrió hasta la puerta de Alcalá y yo aprovecho cada oportunidad. Desde que te perdí nunca tuve tal libertad, desde que te perdí no me importa nada de ná...”.

Ay, ya ves lo que te pasó por no pisar firme,
resbalaste, caíste, por qué, por un mal paso.

¡Qué pena! Caído como el ángel, tendrá alguna posibilidad? Será capaz de renacer de sus cenizas, cual ave Fénix? Por el momento no hay vuelta que darle ni esperanzas de redención.
Mal hombre, mal pago, mal paso. Mala cueva, que no es gerundio!

Y eso...