La Ventana de Trutruka

miércoles, diciembre 14, 2005

El deseo


Me preguntaron quién era Pierre Louys, autor de las Canciones de Bilitis, al que cité en el blog dedicado al desnudo. Pues bien, fue un poeta y novelista belga, conocido por varias obras de refinado erotismo. Nació en la imperial Gante, en 1870. Su poesía está muy influenciada por la temática helenística, materia en la que realizó estudios universitarios y aparte de hacer traducciones de los poetas clásicos griegos, publicó el poemario Astarté, luego Las Canciones de Bilitis (1894), posteriormente el poemario Afrodita, Las Aventuras del Rey Pausole y una novela titulada La Mujer y el Pelele.
Y para seguir con el tema de la desnudez, conoceremos otros poemas de Louys.

El árbol

Yo me desnudé para subir a un árbol;
mis muslos desnudos abrazaban la corteza lisa
y húmeda; mis sandalias caminaban sobre las ramas.

Yo arriba, pero todavía bajo las hojas
y a la sombra del calor, me coloqué
a caballo sobre una bifurcación apartada, balanceando
mis pies al vacío.

Había llovido. Las gotas de agua caían y
resbalaban sobre mi piel. Mis manos estaban
manchadas de musgo, y mis dedos de los pies estaban
rojos, a causa de las flores aplastadas.

Yo sentía el hermoso árbol vivir cuando el viento
pasaba a través; entonces afirmé mis piernas
y apliqué mis labios abiertos
sobre la nuca cabelluda de una ramificación

El deseo

Ella entró, y apasionadamente, los ojos
cerrados, unió sus labios a los míos y
nuestras lenguas se conocieron... Nunca hubo
en mi vida un beso como aquél.
Ella estaba de pie contra mí, toda amorosa
y complaciente. Una de mis rodillas, poco
a poco, se colocó entre sus muslos cálidos,
que cedieron como para un amante.
Mi mano deslizándose sobre su túnica,
buscaba adivinar el cuerpo desnudo que curva
a curva ondulante se plegaba, donde se combaba,
se atiesaba con los roces de la piel.
Con sus ojos en delirio, designaba el lecho,
pero no teníamos el derecho de amarnos
antes de la ceremonia de nupcias
y nos separamos bruscamente.

Eso...