La Ventana de Trutruka

domingo, abril 02, 2006

Con el rock en la sangre


Todos estos sueños que se rompen a mi alrededor
van atravesando por la aurora de la luz,
avanzo con esta pasión
aumentando mi razónde ser en este mundo
tan ausente de lo humano y la verdad.
Buscaré la forma de vivir en paz, en libertad.
Trato de alcanzar mi luz.
Lo humano vuela en mi interior
El sistema me busca y me alcanza.
Mientras más buscamos,
nuestras ansias nos llevan a pecar
olvidando la necesidad que nos construye el vivir
Creamos nuestros odios, nuestras penas,
a nuestro alrededor.
En este sistema tan inmundo, lleno de dolor.
En “(El sistema) Escoria”, de Vértigo, Arica

En una reciente entrevista al Diario La Nación (26 de marzo), Paulina Urrutia, Ministra de Cultura, plantea la necesidad de que la política cultural se preocupe de la difusión, la circulación y el acceso de la gente a la cultura, la formación de público y el desarrollo de juicio crítico.
Y da como ejemplo a las poco conocidas Escuelas de Rock “que sí contienen políticas de difusión que implican formación, integración, capacitación”.
Nacida al alero de la Secretaría General de Gobierno, en 1994, bajo la Presidencia de Frei Ruiz-Tagle, las Escuela de Rock intentaron despeinar un poco el establishement desde la creatividad rebelde de los jóvenes de comunas populares. En sus más de 11 años de frenética actividad, con franciscanos recursos, se han realizado 33 Escuelas de Rock desde Arica a Ancud en la que han participado alrededor de 700 bandas de distintos estillos musicales.
Y como no se quedan en chicas, tienen a su haber 12 producciones fonográficas con 119 bandas emergentes grabadas en cassette y disco compacto; 83 clínicas de instrumentos musicales donde han participado 2.700 jóvenes rockeros, hiphoperos, onda ska, pop rock, metaleros, agrometal y cómo te quedó el ojo! También, producen revista y masivos conciertos.


Buscando pastillas para desaparecer
Buscando entre recuerdos para ver si te salvarán
Lloraron tus muñecas y tus ojos con lágrimas otra vez
Qué trataste de hacer
si al fin es sólo otro triste amanecer
El silencio y el vacío en borracheras no se irán
Es sólo un triste tiempo, es la cruel vida y nada más
Desilusionado y sin amor seguirán pasando los días
Y aunque no puedas ir a ninguna parte
siempre tendrás sueños para refugiarte
Quisiste matar tus canciones,
querías matar tu soledad
Quisiste matar al tiempo,
no apures las arañas sabrán esperar.

En “Tratando de vivir”, de Imprevistos, Antofagasta.

Todo un fenómeno, conocido a nivel de barrios y de centros culturales; en la actualidad, Escuelas de Rock es un Programa Nacional del Departamento de Fomento y Desarrollo Cultural del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, y tienen su sede en el Parque Cultural, Ex Cárcel de Valparaíso.



Las Escuelas ofrecen una serie de talleres que fomentan la formación musical y poseen un carácter interdisciplinario con énfasis en el aprendizaje de técnicas y de la adecuada utilización de diversas herramientas que facilitan el proceso de la creación musical. A los jóvenes se les imparte clases de guitarra, batería, bajo, lírica e Historia del Rock.
El cuerpo de profesores, de primer nivel, está conformado por destacados músicos y profesionales del ámbito de la música y del rock nacional. Florcita Motuda, Mauricio Redolés, Loreto González, Aldo “Macha” Asenjo, Rosario Salas, Igor Saavedra, Claudio Narea, Francisco Sazo, por nombrar nombrar a algunos.
Estudio aparte merecerían los nombres de las agrupaciones porque, en varios casos, la ocurrencia es hilarante, en otros desconcertante: Zaquizami, Tocanunca, Faltan Moneys, Común y Corriente, Moto Perpetuo, Bomsai, Imprevistos, Sonora de Llegar, Kadekill, Cazuela de Cóndor, Pequeñas Partículas, Human Ashes, Macha Muerta, Neurona Skurridiza, Real Chocos, No hay caso, Ammeli, Desúbito, Sin respirar...Suma y sigue....

...y las luces se apagarán renunciando
al sol que las vio nacer, entonces, háblame
sin decir adiós.
Abres puertas a un pasillo sin fin,
Sonriendo a pesar, que bien no ves,
Dormirás de mi y el día seguirá,
Ya despertarás más cierta que ayer.
Y los tiempos terminarán,
Renunciando, a noches sin amanecer.
Sólo, entonces, cree en mí y no mires atrás
Solo, yo ya no estaré
Solo, ya no estarás

En “Y las luces se apagarán”, de Los Impecables, Viña del Mar- Villa Alemana

Habría mucho más que hablar sobre esta movida. Aparte de grupos que son buenísimos; letras de canciones –poéticas, unas; desgarradoras, otras; llenas de desesperanza, otras cuantas- ; lo más importante es el apoyo a la formación musical de bandas y agrupaciones de rock emergente, la formación de públicos, el apoyo a la descentralización del arete y la cultura, y la difusión del rock chileno.

Porque como cantan los porteños de Sonora de Llegar, en “Súdateste”:
Muchas veces sin nada que hacer
pateando la perra, puteando la vida
y hoy voy a ver, a ver, a ver, a ver, a ver
esa cosa bonita que tú me haces ver.
Súdateste reggae
Y escucha el sonido de las calles de tierra
Súdateste reggae
Baile con nosotros este reggae de mierda y sabor
Cumbia, Reggae o Rock-Steady o Ska ...
y hoy voy a ver, a ver, a ver, a ver, a ver
y escucha el sonido de las calles de tierra
de las calles, de las calles de tierra señor
Cumbia, Reggae, o Rock-Steady o Ska ...

Y eso...

1 Comments:

At 5:06 p. m., Anonymous Anónimo said...

Me parece bacán

 

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