La Ventana de Trutruka

domingo, junio 25, 2006

Relatorio de viaje: Pernambuco



Rolando Durán, desde Costa Rica, envía estas notas de un reciente periplo a países de nuestro sur. Relatorio de viaje a Pernambuco, El Chaco…
Las fotos pertenecen al fotógrafo Rui Cezar, de Minas Gerais.





Kilómetros de cercas encierran las tierras buenas pernambucanas. La caña y el pasto crecen sin ninguna molestia, excepto en algunas orillas de carretera, que se llenan de covachas de los « sin tierra ».
Las pendientes a la orilla de los ríos, las planicies y lechos secundarios y muchas veces el río mismo, están ocupados por la gente que no tiene con qué.
De vez en cuando, el río se enche y baja lleno de lodo y piedras, recupera su espacio y para eso se lleva casas, mesas, estufas, personas y esperanzas, aunque de estas ya queden tan pocas.
En un país « continental » como le gusta decir a los brasileños cuando les ataca su complejo de únicos, 500 o 1000 familias se pierden en la estadística. Los territorios extensos – que dan precisamente el área para sentirse continente – se quedan abandonados, en nombre de la descentralización y de una autonomía territorial que termina condenando, por constitución, a que los pobres se hagan más pobres y a que los ricos se sigan acomodando en el pequeño sur, conocido como la Europa Brasileña. Los servicios institucionales federales han llegado a cubrir un 20% de los municipios, para apoyar sus capacidades de resiliencia y prevención. El otro 80% es curiosamente el que más sufre, y el que no tiene nada, o sea el que más los necesita.
Cuando el agua es mucha inunda y arrasa y la gente se muere de sed. Cuando el agua es poca, seca, quema, desnutre y la gente también se muere de sed.A media hora de Recife hay un gimnasio donde viven 70 familias desde hace un año. Algunas hasta de 7 miembros. Su casa no mide más de 3 x 4 y las paredes son cobijas y pedazos de plástico. El albergue está a cargo de gobierno local y la gente vive en condiciones que en países como Honduras o Nicaragua serían impensables. Un tugurio oficial. Los “sin tierra” tienen techo y eso pareciera bastar. Lo demás, promesa de una casa que nunca llega, promiscuidad ineludible y opciones tan lejanas como el esplendor de Río, la aséptica organización de Brasilia o el glamour paulino.
Pero bueno, Brasil ganó uno a cero, Ronaldo caminó, Ronaldhino no brilló y la canarinha tendrá que mejorar para que todos se convenzan otra vez de que en Brasil se vive a la orilla del cielo.


Y eso...

1 Comments:

At 8:18 p. m., Anonymous Visit Brazil said...

Pernambuco es de verdad muy bonito, un destino hermoso en Brasil. Confiera estos enlaces: http://tinyurl.com/3y4yxmf http://tinyurl.com/37w5b5f

 

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