La Ventana de Trutruka

miércoles, febrero 14, 2007

Comparte tu metro cuadrado!


Tal como se anunció profusa y majaderamente, el Transantiago tuvo un inicio un tanto caótico pero, con el paso de las horas, el nuevo plan de locomoción colectiva metropolitano ha tendido a enrielarse.

Lentamente, ma si muove... a pesar de las apocalípticas profecías de los marinakis, moreiras y agoreros variopintos. ..

Ahora, el blanco de la mala leche pareciera ser el metro: que la hora punta, que las aglomeraciones, que las frecuencias, que el precio, que ya verán en marzo, que...

De nada sirven los 83 kilómetros que recorre, sus 89 estaciones, los 6164 metros cuadrados de arte, los 267 millones de viajes, los 154 mil libros y las nosécuántas vueltas a la tierra...

Como que molestara lo colectivo, lo común, lo compartido. Será porque atenta al meollo del modelo? El individualismo desatado, el ser solo y hacer solo a como dé lugar, a respirar mi propio aire, yo y mi metro cuadrado.

Recordé a Michel Quoist, un cura francés que escribía poemas-oraciones a la vida cotidiana. En “Oraciones para rezar por la calle”, destacaba “El Metro”.

En la onda más cristiana, un aporte en el día del amor. Voilà!

Pssssss... ¡clac!
La puerta se ha cerrado
los cuchillos mecánicos han cortado, en la
masa humana del andén, una "ración de
metros".

Arrancamos.
No puedo menearme.
He dejado de ser una persona, soy masa.
Una masa que se desplaza en bloque, como una
tarta helada en una caja un poco grande.

Masa anónima, indiferente, alejada tal vez de
Ti, Señor.
Yo formo un todo con ella y a veces me doy
cuenta de lo difícil que resulta elevarse.

La multitud es torpe, pone suelas de plomo a
mis pies, ya de por sí tan lentos,
somos demasiados pasajeros en esta mi barquilla atestada.

Y, con todo, Señor, yo no tengo derecho a
ignorarlos, ya que son mis hermanos.
Yo no puedo salvarme solo, en taxi.
Puesto que tú lo quieres, me salvaré "en metro".

Y eso...

1 Comments:

At 11:34 p. m., Anonymous Anónimo said...

Verdaderas hamburgesas humanas en el metro y ahora tambien el micro !, vale la pena el esfuerzo de cambiar nuestra mentalidad antojadiza y poco solidaria con nosotros y el resto del mundo.

Habrá que ver cuánto tiempo pasa pa "subirse" a este cambio. Aún no tengo la fortuna de usar ambos medios, cuando lo haga, seguro me acordaré de los poemas de este señor que vio en dios la piedad humana-
Abrazos

 

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