La Ventana de Trutruka

lunes, diciembre 11, 2006

Día aquel, día de ira!


Dies irae, dies illa,
Solvet saeclum in favilla
Teste David cum Sibylla.
Quantus tremor est futurus,
Quando iudex est venturus,
Cuncta stricte discussurus!

Aquel día, día de ira,
reducirá este mundo a cenizas,
como profetizaron David y la Sibila.
¡Cuánto terror sobrevendrá
cuando venga el Juez
a pormenorizar todas las cosas con estricto rigor!



Tuba mirum spargens sonum
Per sepulchra regionum
Coget omnes ante thronurn.

La trompeta, esparciendo un maravilloso sonido
por todos los sepulcros del mundo,
reunirá a todos ante el trono.


Mors stupebit et natura,
Cum resurget creatura
Iudicanti responsura.
Liber scriptus proferetur,
In quo totum continetur,
Unde mundus iudicetur.

La muerte y la naturaleza
quedarán estupefactas
cuando resuciten las criaturas
para responder a su juez.
Saldrá a la luz el libro escrito
que todo lo contiene,
por el que el mundo será juzgado.



Iudex ergo cum censebit,
Quidquid latet apparebit:
Nil inultum remanebit.
Quid sum miser tunc dicturus,
Quem patronum rogaturus,
Cum vix iustus sit securus?

Cuando al Juez le parezca oportuno,
todo lo oculto saldrá a la luz;
nada quedará impune.
¿Qué podré yo, desdichado,
decir entonces?
¿A qué protector invocaré,
cuando apenas los justos están seguros?



Rex tremendae maiestatis,
Qui salvandos salvas gratis,
Salva me, fons pietatis.
Recordare, Jesu pie,
Quod sum causa tue vie,
Ne me perdas illa die.

Quaerens me sedisti lassus,
Redemisti crucem passus,
Tantus labor non sit cassus.
Iuste iudex ultionis,
Donum fac remissionis
Ante diem rationis.

Buscándome, te sentaste cansado;
me redimiste padeciendo muerte de cruz;
no sea vano tanto esfuerzo.
Juez que castigas justamente,
hazme el regalo del perdón
antes del Día del Juicio.



Ingemisco tamquam reus,
Culpa rubet vultus meus,
Supplicanti parce, Deus.
Qui Mariam absolvisti
Et latronem exaudisti,
Mihi quoque spem dedisti.

Gimo como un reo,
se enrojece mi rostro por el pecado,
perdona, Dios, a quien te implora.
Tú, que absolviste a María
y escuchaste al ladrón,
también a mí me diste esperanza.



Preces meae non sunt dignae,
Sed tu, bonus, fac benigne,
Ne perenni cremer igne.
Inter oves locum praesta
Et ab haedis me sequestra
Statuens in parte dextra.

Mis ruegos de nada valen,
pero tú que eres bueno
haz misericordioso
que no me queme en el fuego eterno.
Dame un lugar entre las ovejas
y separándome de los cabritos
colócame a tu diestra.


Confutatis maledictis,
Flammis acribus addictis,
Voca me cum benedictis.
Oro supplex et acclinis,
Cor contritum quasi cinis,
Gere curam mei finis.

Rechazados ya los condenados,
y entregados a las duras llamas,
llámame con los bienaventurados.
Suplicante y humilde te ruego,
con el corazón casi hecho ceniza:
toma a tu cuidado mi destino.


Lacrimosa dies illa,
Qua resurget ex favilla,
Iudicandus homo reus;
huic ergo parce, Deus.
Pie Iesu Domine,
Dona eis requiem

Día de lágrimas será aquel
en que resurja del polvo
el hombre culpable para ser juzgado.
¡Perdónale pues, oh Dios,
Piadoso Señor Jesús¡
Dales el descanso



Et istud...
Y eso...

2 Comments:

At 7:16 p. m., Anonymous Anónimo said...

Que susto lo del juicio final.Todavía me da miedo lo de las llamas, a pesar de la inexistencia del infierno. De hecho, muchas veces he sentido su quemante aliento. No será por mis buenas acciones, no?

 
At 9:57 a. m., Anonymous Anónimo said...

Hola po,,,ya se murió...
Por fin se limpia la tierra de tanta indecencia....Un abrazo, por tanto trabajo realizado para lograr que las armas se alejen de nuestras vidas.
una mala yerba menos ...entonces a poner semillas para que salga una flor en su lugar...

 

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