We are America!

Ningún emigrante trabajará el 1 de mayo en EE.UU.
Los connacionales de los inmigrantes – o sea, nosotros- hemos sido invitados a no comprar nada estadounidense ese día.
La consigna es que el 1 de mayo no se compre nada gringo en el país ni
se consuma nada en franquicias norteamericanas, esto quiere decir: No dunkin donuts, Mc Donalds , Burguer, King, Starbucks , Sears, Crispy cream , Walmart,Seven-eleven y otras...de la interminable lista de empresas estadounidenses que se enseñorean en nuestros países latinos.
A los gringos se les hará realidad la película “Un día sin mexicanos”.
El objetivo de esta acción es oponerse a las restrictivas leyes migratorias y de seguridad interna promovidas desde el Partido Republicano y vistas con simpatía por George W. Bush. Si bien hay cuatro iniciativas en discusión, una de ellas es la más resistida. Se trata del retrógrado proyecto de ley Sensenbrenner, en el que los representantes de la Cámara Baja del Congreso instituyeron un mecanismo legal que directamente atenta contra los derechos civiles y humanos de los inmigrantes. De aprobarse en el Senado y de ser ratificado por el presidente. Bush, esta ley cambiaría los términos del estado jurídico penal de los inmigrantes indocumentados.
Es decir, aparte de ser sancionados por las leyes federales también serían juzgados por códigos civiles, lo cual convertiría a los trabajadores indocumentados, automáticamente, en criminales de delitos graves por el simple hecho de no tener los documento de inmigración en regla y por haber cruzado la frontera en forma subrepticia.
Las consecuencias de esta nueva ley no se limitarían al ámbito legal, sino que también llegarían a repercutir en el terreno social y político, haciendo del indocumentado una víctima más allá de lo razonable.
Que se legisle pero en forma amplia y justa, demandan los inmigrantes y que se les reconozca su derecho al trabajo, a la educación de sus hijos y a servicios médicos en ese país.
Los gringos no deberían pasar por alto que los inmigrantes consumen 700 mil millones de dólares anuales y hacen la mayoría de los trabajos pesados. Es justo, entonces, exigir no se legisle con reformas que los criminalizan y, a la vez, reconozcan su contribución a la economía.
Miles de mexicanos, salvadoreños, guatemaltecos, ecuatorianos, portorriqueños; de todos los países centroamericanos y sudamericanos salieron ya a las calles...ahora el turno es de nosotros.
A propósito de lo anterior, les invito a leer una poesía de Luis Alberto Ambroggi (Laberintos de Humo, Ed. Tierra Firme, Buenos Aires: 2005) que encontré en http://porlaboca.blogspot.com/




















Paisajes de EE.UU.

Si cada ladrillo hablara;
si cada puente hablara;
si hablaran los parques, las plantas, las flores;
si cada trozo de pavimento hablara,
hablarían en español.

Si las torres, los techos,
los aires acondicionados hablaran;
si hablaran las iglesias, los aeropuertos, las fábricas,
hablarían en español.

Si los sudores florecieran con un nombre,
se llamarían González, García, Rodríguez o Peña.

Pero no pueden hablar.
son manos, obras, cicatrices,
que por ahora callan.


Y eso...