La Ventana de Trutruka

miércoles, agosto 01, 2007

Cosas de gatos





Te quiero como gata boca arriba,
panza arriba te quiero,
maullando a través de tu mirada,
de este amor-jaula
violento,
lleno de zarpazos
como una noche de luna
y dos gatos enamorados
discutiendo su amor en los tejados,
amándose a gritos y llantos,
a maldiciones, lágrimas y sonrisas
(de ésas que hacen temblar el cuerpo de alegría).

Aunque peque de poco original, no puedo dejar de recordar que agosto es el mes de los gatos. Aunque para ser más preciso, es el mes de las gatas. Resulta que el período de celo de las mininas es estimulado por la luz y agosto es el mes más luminoso del año juntas estas dos variables las gatas se vuelven irrefrenables, y a los gatos qué les han dicho!, irrefrenables también.

No hay escritora, escritor o poeta que no le haya dedicado algún verso a estos felinos. El año antepasado posteé (el 20 de septiembre) el poema Como gata boca arriba, de la nicaragüense Gioconda Belli, cuya primera estrofa transcribo al inicio.

Víctor Romero, poeta ecuatoriano, se hace presente con “Historias que duermen en el sillón del gato”. Antropólogo y comunicador social, nació en Cariamanga, provincia del Loja en Ecuador, por allá por los 50. Vive entre Quito y Latacunga, entre bares y academia, entre disquisiciones filosóficas y revolute cotidiano, eso cuentan. Pueden visitar su blog: http://lafiestadelcuy.blogspot.com/

Historias que duermen en el sillón del gato

No tener un amplio y viejo sillón con historia
frente a la mesa de trabajo

No tener una historia larga y enredada
dando vueltas y vueltas
viejas historias que se escurran
por el mismo agujero
donde debería estar el gato
a la caza de ratones que como viejas historias
intuyen el peligro mortal

Hay que entender de nuevo:
Viejos finales vueltos a contar
Trocadero de los grandes desafíos
de los pequeños
A los pocos años de experiencia
máquina sexual que se encabrita
Salta

A los trece abadesa de las condenas
Todos los años
los pantalones arremangados hasta la conciencia
hasta la tragedia de la caja de fósforos
incendiada en los bolsillos

1968
la muerte del ché
Dieciocho años y buena suerte para las jugadas
\difíciles
hasta la victoria con las palabras sexo-iniciales
buena leche para las sacadas de vuelta
Falsos compromisos

Abuela ciega engañada por falsos lazarillos
muerta poco tiempo después
Crisis de época
Los instantes pocos y las noches sin luna
Cerrada las cortinas
Verdes los árboles pensados
los jardines sin flores

Sucede lo inevitable

En uno de los cuartos suena la televisión, la ciudad es un estadio en día domingo. El ruido. Albinoni anula toda posibilidad cuando llega un recado urgente de la cocina, mi presencia es necesaria, impostergable. No pasa el agua por la cañería –dicen- no puede detenerse la historia.

La costarricense Ana Istarú, en Mujer del organillo describe a
“... esa mujer
que mirando de manera minuciosa
estampó su pupila detrás de mi pupila
como un gato que se ahoga...”

y en Nos acordaremos todos a
“el gato sucumbiendo a la pasión (a las pasiones varias: pájaros peces)...”.

Un chileno, Claudio Alvarado Ladrón de Guevara, diseñador gráfico, fanático del Colo Colo, bohemio y transeúnte de las noches santiaguinas, también evoca a estos misteriosos seres.


Minina
Ven ese gato en la casa de mi amigo Francisco?
acostado
largo como Chile
se ha puesto cerca de la estufa y la tetera,
me acostaría a su lado
y me perdería en su sueño ignorante
entre las cosas de la casa
y las caricias humanas.



Las locas carreras por los techos recién comienzan y los quejosos maullidos nos despertarán a medianoche. Bien por los gatos! Y la verdeceleste Ojos de Gata, cuándo?


Y eso...



6 Comments:

At 4:57 p. m., Anonymous Anónimo said...

Después que pase agosto, como dicen los veteranos, mucho mejor. A propósito de mininos, cómo no recardar a un clásico del género de terror, GATO NEGRO, del tortuoso y talentoso Poe.

 
At 3:00 p. m., Anonymous Anónimo said...

Gracias por regalarnos un remanso de poesía ... Un beso.

 
At 3:05 p. m., Blogger Aloysius said...

El texto completo del cuento El gato negro, de Edgar Allan Poe, que recuerda Pato A. se encuentra en wttp://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/poe/gato.htm

A su orden!

 
At 5:03 p. m., Anonymous Anónimo said...

Estimado Señor Trutruka:

Dígamelo a mí que tengo dos gatas, que en este mes de la luz han dado rienda suelta a sus compulsivos apetitos naturales y se han dispuesto a asegurar la continuidad de la raza gatuna.
Así que no hay techo que se resista, maceta que no rompan, comida que les alcance, ni hora que les resulte ajena al pumba-pumba del apareamiento, gato que no se acerque a visitarlas, preocupación que no sumen a futuro por el número de la progenie que engendrarán y a la que habrá que alimentar y colocar en adopción!
Pero es interesante lo que uno aprende de sus amoríos, por ejemplo, como nunca hubo gatas en la casa creí que lo hacían sólo de noche! Qué va! A las 9 les viene bien, a las 11 también, a las 13, 15, 16 o la que sea. Dale nomás!
Vivan la vida y los placeres, para eso las puso la naturaleza.
Muy bueno saber que algún desvelado poeta les dedicara sus estrofas.
Un abrazo, Miguel Angel Tréspidi, desde Río Cuarto, República Argentina.

 
At 10:03 p. m., Blogger valeska muñoz bruyer said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

 
At 10:04 p. m., Blogger valeska muñoz bruyer said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

 

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