Hijas de tigresa
Para no quedarme en el puro anuncio que febrero es mes de poesía, amor y carnavales, y porque, como dice Mario Luzi, "la poesía le añade vida a la vida", les propongo la lectura de algunos versos reunidos en un original libro conformado por dos poemarios distintos pero que, al final, son un sólo poemario no más. “Hembras, huelen como son y con la cabeza piensan”, de Sandra Lidid Céspedes, y “Hembras, algunas parpadean lejos y otras resisten”, de Susana Conejeros Barahona,.
“Hembras…” fue impreso en octubre del 2001 por LOM Ediciones.
Hoy, vamos con dos poemas de Sandra, amiga avencindada en San Alfonso precordillerano. Mañana, dos de Susana. Y pasado mañana Raquel, Gloria, Eida, Lucy, Salomón y tantos más. Y así. Hay tiempo de sobra, este año es bisiesto
Hijas de tigresa
Conflictivas
distintas
raras
huelen como son y con la cabeza piensan
hasta cuando suena el silencio con las caderas bailan.
Con la mirada desafían y aman
cuando aman siguen mirando
caminan como pisando
hablan en voz propia de mujer grande
hacen como quieren
dicen lo que quieren
y quieren
y lo dicen
y cuando no quieren también lo dicen
Tocan firme, pero no agarran
y cuando no están seguras, por lo menos tratan.
Condenadas a vivir con los ojos abiertos
por haber heredado lo peor de todas nosotras
A Magdalena
Enamorada
Chaguala me llamaste
chagual te respondí
en ese mismo momento
casi me enamoré de ti.
Entre besos y susurros
verde limón yo te ofrecí
sin vergüenzas ni temores
todos los rojos descubrí.
Me atrapaste con la mano
en el vuelo carmesí,
con un mordisco en el pescuezo
yo coqueta me rendí.
Te dormiste en el rocío
yo despierta te mecí
con silencio y en suspiros
a mi casa yo volví.
Y eso...
5 Comments:
Qué bonitoo!
Loco soñador, qué maravilla ponerse a escribir a las tres de la mañana).
Tú también tienes el vicio de escribir. Eres un adicto a las palabras, como yo, que las necesito para saber que existo y que soy . Hace tiempo entendí que lo que no se nombra, no existe. Así es que decidí comenzar a escribir, aún sin saber hacerlo, para no borrarme, para no perderme, sencillamente, para no dejar de existir.
Claro está, que también descubrí que existir sin ser, le deja a una fuera del tiempo, sin palabras.
Los humanos inventamos el tiempo y las palabras para no perdernos. Necesitamos estas dos dimensiones para explicarnos, para asumirnos un poquito más allá de la existencia.
Porque existir sin ser, es puro silencio, es como vivir sin tiempo vivo, sin deseo que nos empuje a buscar.
Y lo que buscamos siempre, son, al menos en mi caso, a otros y a otras, diferentes de mi, pero humanos, como yo, que se duelen y que gozan, que sienten y que desean, que se caen mil veces y vuelven a levantarse, que se nombran y nombran, como única manera de no quedarse en las sombras.
En definitiva, mi querido amigo, el verbo se hace carne, sólo cuando se conjuga con otro verbo.
Muchas gracias por ese verbo conjugado que es la poesía. Gracias por Mario y por Sandra y también por Susana .
Me inspiraste, Lucho.
Siempre ha sido un placer tenerte de vecino.....sólo que pa'la otra invita a ver a Pablito....gracias por estos regalos que nos das...
Tere
Puchas, que lejos està la publicación de ese libro!
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