La Ventana de Trutruka

lunes, noviembre 28, 2005

La historia de la búsqueda


A propósito del último blog “Ridículum vitae” y las permanentes preguntas y cavilaciones sobre nuestro futuro que, cual adolescentes, no dejamos de hacernos, una amiga me reenvió este precioso “cuento” del subcomandante Marcos, “La historia de la búsqueda”.

Preguntan al Viejo Antonio, mientras termina las tortillas, el cigarro y las palabras: ¿Y cómo se le hace para encontrarse a uno mismo?
Los invito a leer la respuesta o, más bien, la historia completa.

"Cuentan nuestros más antiguos sabios que los más primeros dioses, los que nacieron el mundo, las nacieron a casi todas las cosas y no todas hicieron porque eran sabedores que un buen tanto tocaba a los hombres y mujeres el nacerlas.

“Por eso es que los dioses que nacieron el mundo, los más primeros, se fueron cuando aún no estaba cabal el mundo. No por haraganes se fueron sin terminar, sino porque sabían que a unos les toca empezar, pero terminar es labor de todos.

“Cuentan también los más antiguos de nuestros más viejos que los dioses más primeros, los que nacieron el mundo, tenían una su morraleta donde iban guardando los pendientes que iban dejando en su trabajo. No para hacerlos luego, sino para tener memoria de lo que habría de venir cuando los hombres y mujeres terminaran el mundo que se nacía incompleto.

“Ya se iban los dioses que nacieron el mundo, los más primeros. Como la tarde se iban, como apagándose, como cobijándose de sombras, como no estando aunque ahí se estuvieran. Entonces el conejo, enojado con los dioses porque no lo habían hecho grande a pesar de haber cumplido con los encargos que le hicieron (changos, tigre, lagarto), fue a roer la morraleta de los dioses sin que éstos se dieran cuenta porque ya estaba un poco oscuro.

“El conejo quería romperles toda la morraleta, pero hizo ruido y los dioses se dieron cuenta y lo fueron a perseguir para castigarlo por su delito que había hecho. El conejo rápido se corrió. Por eso es que los conejos de por sí comen como si tuvieran delito y rápido se corren si ven a alguien. “El caso es que, aunque no alcanzó a romper toda la morraleta de los dioses más primeros, el conejo siempre sí alcanzó a hacerle un agujero. Entonces, cuando los dioses que nacieron el mundo se fueron, por el agujero de la morraleta se fueron cayendo todos los pendientes que había. Y los dioses más primeros ni cuenta que se daban y entonces se vino uno que le llaman viento y dale a soplar y a soplar y los pendientes se fueron para uno y otro lado y como era de noche ya pues nadie se dio cuenta dónde fueran a parar esos pendientes que eran las cosas que había que nacer para que el mundo fuera completo.

“Cuando los dioses se dieron cuenta del desbarajuste hicieron mucha bulla y se pusieron muy tristes y dicen que algunos hasta lloraron, por eso dicen que cuando va a llover primero el cielo hace mucho ruido y ya luego viene el agua.

“Los hombres y mujeres de maíz, los verdaderos, oyeron la chilladera porque de por sí cuando los dioses lloran lejos se oye. Se fueron entonces los hombres y mujeres de maíz a ver por qué se lloraban los dioses más primeros, los que nacieron el mundo, y ya luego, entre sollozos, los dioses contaron lo que había pasado.

“Y entonces los hombres y mujeres de maíz dijeron "Ya no lloren ya, nosotros los vamos a buscar los pendientes que perdieron porque de por sí sabemos que hay cosas pendientes y que el mundo no estará cabal hasta que todo esté hecho y acomodado".

“Y siguieron diciendo los hombres y mujeres de maíz: "entonces les preguntamos a ustedes, los dioses más primeros, los que nacieron el mundo, si es que se acuerdan un poco de los pendientes que perdieron para que así nosotros sepamos si lo que vamos encontrando es un pendiente o es algo nuevo que ya se está naciendo".

“Los dioses más primero no contestaron luego porque la chilladera que se traían no les dejaba ni hablar. Y ya después, mientras tallaban sus ojos para limpiar sus lágrimas, dijeron: "Un pendiente es que cada quien se encuentre".

“Por esto es que nuestros más antiguos dicen que, cuando nacemos, nacemos perdidos y que entonces conforme vamos creciendo nos vamos buscando, y que vivir es buscar, buscarnos a nosotros mismos. Y ya más calmados, siguieron diciendo los dioses que nacieron el mundo, los más primeros: "todos los pendientes de nacer en el mundo tienen qué ver con éste que les decimos, con que cada quien se encuentre. Así que sabrán si lo que encuentran es un pendiente de nacer en el mundo si les ayuda a encontrarse a sí mismos". "‘Está bueno’, dijeron los hombres y mujeres verdaderos, y se pusieron luego a buscar por todos lados los pendientes que había que nacer en el mundo y que les ayudarían a encontrarse”.


El viejo Antonio termina las tortillas, el cigarro y las palabras. Se queda un rato mirando a un rincón de la noche. Después de unos minutos dijo: "Desde entonces nos la pasamos buscando, buscándonos. Buscamos cuando trabajamos, cuando descansamos, cuando comemos y cuando dormimos, cuando amamos y cuando soñamos. Cuando vivimos buscamos buscándonos y buscándonos buscamos cuando ya morimos. Para encontrarnos buscamos, para encontrarnos vivimos y morimos".

–¿Y cómo se le hace para encontrarse a uno mismo? –pregunté.

El Viejo Antonio me quedó mirando y me dijo mientras liaba otro cigarrillo de doblador: –Un antiguo sabio zapoteco me dijo cómo. Te lo voy a decir pero en castilla, porque sólo quienes se han encontrado pueden hablar bien la lengua zapoteca que es flor de la palabra, y mi palabra apenas es semilla y otras hay que son tallo y hojas y frutos y ese encuentra quien es completo. Dijo el padre zapoteco: Primero andarás todos los caminos de todos los pueblos de la tierra, antes de encontrarte a ti mismo.
("Niru zazalu´ guiráxixe neza guidxilayú ti ganda guidxelu´ lii").

Tomé nota de lo que me dijo el Viejo Antonio aquella tarde en que marzo y el día se apagaban. Desde entonces he andado muchos caminos pero no todos, y aún me busco el rostro que sea semilla, tallo, hoja, flor y fruto de la palabra. Con todos y en todos me busco para ser completo.

En la noche de arriba una luz ríe, como si en la sombra de abajo se encontrara.

Se va marzo. Pero llega la esperanza”.



Eso...

lunes, noviembre 21, 2005

Ridículum Vitae



Cuando uno anda en la edad de trazar su propio destino y concretar sueños, habría que tener una bola de cristal para achuntarle. Ninguna claridad... Leo las cavilaciones del autor del blog salsayron y nada nuevo bajo el sol. “Cuando uno es chico siempre tiene sueños acerca de su futuro, y cuando uno es más grande tiene sueño de volver a los 5 años... Nunca supe si una persona con un cartón vale más que un analfabeto -universitariamente hablando- como yo, pero de lo que estoy seguro es de que hay una enorme cantidad de profesionales trabajando de cualquier cosa, menos en su profesión”.
Hace poco debí llenar unos papeles curriculares y me percaté que no soy experto en nada. He trabajado gran parte de mi vida en el ámbito de las comunicaciones pero no he sistematizado mi experiencia, la que ha sido fundamentalmente trabajo en terreno, inventando o recreando iniciativas. Siempre me he vanagloriado de tener una agenda con muchas direcciones y de conocer gente. Pero, hoy sirve de algo?
El gran Macchiavello sostenía que “hay personas que lo saben todo, pero eso es lo único que saben”. Será mi caso?

A veces, me dan ganas de ser rapero,
cantar a mis clases de pilates
con qué quilates
estar loco de remate,
rapero.
Inhalar, exhalar
tonificar el músculo,
rediseñar el espíritu
oh, qué dislate
mejor digo un disparate
sí, sí
el músculo,
no, no el espíritu
loco de remate
rapero, hiphopero,
milonguero, más mejor.
Sí, sí, pajero.


Otras posibilidades: enrolarse en la policía montada de Canadá, o vender baratijas en los semáforos. Hay más...
Es que como afirma Baudelaire “trabajar es menos aburrido que divertirse”.
Tema para un buen ensayo, me escribe Luciérnaga desde Panamá. “De convertirse en cuento, podría basarlo en un peluquero que quiere cambiar de trabajo, pues los peluqueros llegan a saber de todo... y de todos”.
Luciérnaga me cuenta que cuando tiene que llenar formularios en los que preguntan su profesión, la punta del bolígrafo siempre se le queda suspendida en el aire sobre la rayita donde se lee “profesión u oficio”. Se queja de ese atrevimiento ingenuo de algunos, al convertirse en expertos en un tema después de cinco días de investigación y un programa en Discovery Channel.
Y claro, a cualquiera lo vuelve loco el no comprender que los diplomas son todavía lo que importa, así sea que uno haya estudiado administración de empresas con libros de 1960.
“Pero, después de todo, a qué le tememos, si esa capacidad camaleónica es lo que está moviendo al mundo?”, se pregunta mi amiga. “Y allí sí somos buenos, porque tenemos las ganas y si nos toca ser profesionales todoterreno, lo bueno es que nos podemos aparcar donde nos dé la gana”.

Sugerente lo del peluquero como sabelotodo. Se me ocurre que, en Chile, el personaje podría ser un taxista.
Pero ni uno ni otro son lo mismo que el habilidoso. Encontré en una revista de avión, sinónimos (?) de este personaje -el habilidoso-. En la comunidad hispano parlante tiene distintas denominaciones.
En la madre patria le dicen "manitas"; en México, "mil usos"; en Argentina, "hombre orquesta"; en Chile, "maestro chasquilla"; y, en Uruguay, "siete oficios".
Aunque, creo, más le calza el venezolano "todero".

Aunque, como concluye Tony y resumiendo: “a la verga con los currículos” porque, al fin y al cabo, como dijo algún poeta "Todo lo mío, lo llevo conmigo".
O es que se puede sistematizar el alma?

Eso...

lunes, noviembre 14, 2005

Jóvenes lejos de casa hacen patria



Trece cuentos conforman el libro “Cuentos País. 10 años de historia” que acaba de ser publicado por el Programa Servicio País de la Fundación para la Superación de la Pobreza.
Son cuentos, aunque en estricto rigor se trata de testimonios, de historias de vida de jóvenes profesionales que optaron por irse a lugares remotos a hacer patria, a construir país, a hacer de verdad un Chile más justo y más solidario.
El programa Servicio País nació en 1995 como una forma de descentralizar recursos profesionales hacia comunas en situación de pobreza, rurales y aisladas.
A partir de ese momento, año tras año, cientos de jóvenes profesionales, mayoritariamente originarios de zonas urbanas, han partido a encontrarse con el "Chile Profundo", han partido a trabajar, pero sobre todo a hacerse parte de comunidades rurales, viviendo en ellas y aprendiendo desde ahí a entender y a sentir nuestro territorio desde la diversidad.
Como dicen en la presentación del libro en comento: “Estos profesionales han experimentado los rigores del aislamiento, el clima, la altura y otros, han comprendido y hecho suyos los códigos culturales de pequeñas localidades; han conocido entrañables personajes que parecen de ficción y que perdurarán imperecederamente en sus vidas; han vivido la nostalgia de la distancia, de estar lejos de sus familias, amigos y amores, mientras otros, han formado familias, han hecho nuevos amigos y han echado raíces en estos territorios para siempre”. Eso es lo que abordan los relatos.
Para rescatar esa memoria individual, registrarla y compartirla, el Servicio País organizó un concurso literario y este libro es el resultado.
“ Un Chingue Parado en un Sombrero” fue el cuento ganador de este concurso. Y su autor, Juan Huaylla, en verdad es el psicólogo Juan Manuel Maldonado Frías. Su Servicio País lo hizo en Putre, Región de Tarapacá. El segundo lugar lo obtuvo, la socióloga Claudia Veas Pereira, con el cuento ”El repollo del burro”. Ella estuvo en la Isla Mocha, Octava Región. Y el tercer lugar fue para “El yanqui maldito” de Fiebre, cuyo verdadera identidad es Cristián Solís Castillo, geógrafo destacado en Ollagüe.
Las otras historia corresponden a cinco Menciones Honrosas y a cinco Relatos Destacados.

Eso...

miércoles, noviembre 09, 2005

Dónde duele la vida?



El diario La Nación, de Chile, reproduce hoy una entrevista a Humberto Maturana, y lo presenta como "biólogo del amor". Esta entrevista fue realizada por Lluís Amiguet y fue publicada en La Vanguardia, de España.
Afecto, reconocimiento, cariño, sentimiento, amor... recordé el texto de Fernando Savater a propósito de la película El ciudadano Kane: "al final de su vida reconoce que cambiaría si pudiera su almacén repleto de cosas carísimas por la única cosa humilde - un viejo trineo- que le recordaba a cierta persona: a él mismo, antes de dedicarse a la compraventa, cuando prefería amar y ser amado antes que poseer o dominar".

Vamos con Maturana..


Tener 77 años como yo es una enfermedad incurable que sobrellevaré mucho tiempo más. Nací en Santiago de Chile. Me dedico a explicar lo que nos ocurre desde la biología. Soy doctor en Biología por Harvard. Los humanos somos fruto de la cooperación para la conservación, no de la lucha por la supervivencia: bioevolutivamente somos porque amamos.


Lo que sorprende a mis colegas biólogos de Harvard y de la comunidad científica es que me dedique a la biología del amor...

Que no se ve al microscopio.
Se ve. Como biólogo me he preocupado de los seres vivos y he estudiado la evolución y así he comprobado que la nuestra no es una historia de lucha por la supervivencia...

¿Ah no?

... Sino de la conservación y de la solidaridad. El que gana no es el que mata al otro, sino simplemente el que sobrevive: la nuestra es una historia de cooperación para sobrevivir. Y así surge el lenguaje que nos hace humanos, cuando la sexualidad de la hembra humana deja de ser estacional...

Supongo que se refiere al celo.

Las demás primates siguen teniendo celo, pero nuestras hembras ya no son periódicas, así dejan de ser objeto disputable para convertirse en centros del placer y de la convivencia en el grupo humano. Y así surge el lenguaje: una coordinación de haceres.

¿Y el amor?
Es lo que fundamenta esa cercanía que permite la supervivencia del individuo y de la especie: el placer de estar juntos, amar.

Yo pensaba que usted venía a dar un curso a Esade, una escuela de negocios...

Es que la mayor parte de los problemas de una empresa hoy se deben al factor humano. Por mucha tecnología que empleemos: son las personas las que deciden.

¿Y qué propone usted?

Que se tengan en cuenta esos millones de años de evolución que vienen a convertirnos en seres que necesitan tener presencia: ser vistos, ser escuchados. Sin ese placer de ser tenidos en cuenta por el grupo, nuestra vida se convierte en un sinsentido. Nos duele.

¿En qué sentido?

La mayor parte de los dolores de nuestra existencia son culturales. Pregúntese dónde le duele la vida y verá que no es en su cuerpo.

¿En el bolsillo?

Verá que la vida le duele en los espacios donde no es visto, en donde está usted siendo negado, en sus espacios de desamor.

¿No me duele la hipoteca?

Mucho menos que no contar con el respeto de sus compañeros de trabajo o de sus vecinos, de su familia y amigos. Verá que en el fondo lo que nos mueve a los humanos es esa necesidad ancestral de ser reconocidos que arrastramos desde el origen de la especie, porque es la causa de que hoy existamos,

¿Que nos reconozcan en qué sentido?

Que nos valoren, que consideren nuestra aportación al grupo y que nos lo demuestren en su trato con nosotros. Eso es lo que está detrás de todos, incluso detrás de quien se compra grandes coches, aviones a reacción o grandes palacios: queremos que nos quieran por puro mandato biológico.

¿Cómo aplica eso a la empresa?

Si a usted no le reconocen y le aprecian como ser útil, convertirá su trabajo en inútil.

El único sentido del trabajo es un trabajo con sentido.

Nadie puede convertirse en mero robot instrumento de los deseos y designios de otro. Tiene usted que participar como persona en lo que hace y tener responsabilidad. ¿Por qué iban los homínidos a cazar?

Por carne.

No sólo por carne, sino por el respeto y el reconocimiento del cazador. Podían volver sin una pierna o sin un ojo, pero no sin ese respeto. Porque sólo en el espacio en el que se tiene presencia, se es productivo y se puede convivir con satisfacción. Allí aparece la inteligencia, la creatividad y el placer de hacer lo que se hace. Así dejamos de ser monos.

¿Cómo aplica esa biología empresarial?

Recuerdo al gerente de una empresa farmacéutica chilena cuyos directivos le obligaron a iniciar una investigación para localizar al culpable de un error de etiquetado y despedirlo. Era el empleado o él.

¿Qué le recomendó usted?

Que no hiciera de policía, sino de empresario y que no buscara culpables, sino razones. Si buscaba culpables, todos le mentirían por miedo a ser despedidos y tal vez echaría a un empleado, pero el error seguiría allí. En cambio, si pedía ayuda para descubrir razones, encontraría apoyo y luego las razones.

¿Se las dieron?

Descubrió que el error se había producido a consecuencia de una exigencia de los directivos en el aumento de producción.

¿Hubo despidos?

¿Para qué si la causa del error había sido subsanada? Los empleados pidieron disculpas con su honestidad reconocida y se reincorporaron al trabajo de una manera distinta, porque habían contado con ellos. Y el efecto es sistémico: si castigas el error, el próximo se tapa con una mentira, pero no se corrige; en cambio si respetas el error, puedes corregirlo y aumentar así la responsabilidad de todos. Pruébelo con niños. Verá.

¿Y con los sentimientos funciona?

Si no reconoces, no te reconocen y sufres y haces sufrir. Una señora perdió a su hijo, que se suicidó en el laberinto de la sanidad mental. Ella se consagró a que no volviera a pasarle a una madre: montó una fundación, una asociación y se puso a escribir un libro...

Entusiasta y ejemplar.

... ¿De verdad? Yo la sentía desgraciada y le pregunté por su familia: uno de sus otros tres hijos se drogaba y los otros dos tenían otros graves problemas, pero la señora había instalado su dolor en el lugar de sus hijos.

Los había dejado de reconocer.

Le dije que olvidara el libro y la fundación y que mirara a sus hijos: que los reconociera y contara con ellos. El libro está sin escribir, pero ya no les hace ninguna falta.

Eso...

lunes, noviembre 07, 2005

El norte también existe



Canto al Norte

De Hernán Rivera Letelier


Yo no hablo del norte
dibujado en los mapas

coloreado en café
y surcado de rayas
el que el dedo recorre
sin bajar sus quebradas
sin oír sus silencios
sin otear sus distancias
Yo no hablo del norte
dibujado en los mapas

El norte del que yo hablo
es el norte del alma

ese cartografiado
en la piel de la cara
el que habita conmigo
el que tengo por casa
-mi altar es una piedra
y mi patio es la pampa-
El norte del que yo hablo
es el norte del alma

Yo no hablo del norte
descubierto en postales

aquel coleccionado
en recuerdos de viajes
donde el sol es un globo
y los cielos vitrales
y todo tiene un dejo
de idílico paisaje
Yo no hablo del norte
descubierto en postales

El norte del que yo hablo
es el norte de sangre

el de gestas heroicas
el de atroces masacres
el de días ardientes
el de noches glaciales
el del viento que hiere
con esquirlas de sales
El norte del que yo hablo
es el norte de sangre



Yo no hablo del norte
del que hablan los turistas

entrevisto a lo lejos
y bajo una sombrilla
el de piedras guardadas
como cosas bonitas
el de cerros en pose
para fotografías
Yo no hablo del norte
del que hablan los turistas

El norte del que yo hablo
es el de toda una vida

en busca de la veta
o la huella perdida
el de espejismos crueles
y soledad sin orillas
el de piedras que estallan
en su sed infinita
El norte del que yo hablo
es el de toda una vida

Yo no hablo del norte
de los que un día se fueran

sin sentir que morían
como irse de una fiesta
y no dejaron nada
ni siquiera una huella
su paso fue una nube
que ninguno recuerda
Yo no hablo del norte
de los que un día se fueran

El norte del que yo hablo
es de los que se quedan

y si un día se van
su recuerdo es estrella
pues al volver la vista
su alma se les queda
como un cráneo de vaca
condecorando la arena
El norte del que yo hablo
es el de los que se quedan

Yo no hablo del norte
de la lengua hacia fuera

-Dios me libre de hacerlo-
mi mujer es morena
mis hijos tienen ojos
del color de la quena
mi padre murió aquí
y mi cuerpo aquí se queda
como ofrenda a este suelo
que todo me lo ofrenda

Yo no hablo del norte
con la voz del poeta
cuando yo hablo del norte
las que hablan son las piedras




Eso...

sábado, noviembre 05, 2005

Llegó la trutruka.cl de noviembre




Cómo ha pasado el tiempo! Ya llegamos a noviembre, undécimo mes del calendario gregoriano. Apenas 30 días y ya estamos en el 2006. Para vuestra información, entre los romanos era el noveno mes -en latín, novem- de un año compuesto de 10 meses. Noviembre tuvo 29 días hasta que Augusto le dio 30 días. Augusto, el bueno, se supone. En los primeros días de este mes, comienza el verano verdadero en el hemisferio sur, y plantas y árboles comienzan a entregar sus primeros frutos; en el hemisferio norte, mientras tanto, comienza el invierno y caen las primeras nevadas. En los países eslavos, los meses tienen nombres que los asocian con lo que ocurre en la naturaleza, por ejemplo en polaco, noviembre se dice "listopad" que quiere decir algo así como "cuando caen las hojas".

Y en noviembre, también, florecen novedades en www.trutruka.cl
Verseadores: Rolando Durán, con algunas poesías contenidas en el doble poemario “Ecos hacia la ciudad” y “La garúa en la mirada”.
Cuentos: “Me escabullo”, del chileno Ernesto Bolívar. “Me escabullo, caminando entre la muchedumbre de este globalizado mundo, cuyos máximos lideres alineados pretenden también globalizar nuestras mentes...”, escribe.
Ensayos: “Bicicletas voladoras”: “Cuando choquen los planetas y el mundo se termine, sólo quedará una manera de escapar: la bicicleta”, plantea Luis Gruss, periodista argentino, escritor y autor de poemas, relatos y aguafuertes.
Historias de Vida: Marcelo Zurita con “I buy a house “, una casi continuación de “Paso al progreso. La casa vieja, de la calle Florencia”. Y, Leonardo Salazar Moya con “Quizá”. El afirma que “ a finales de los 80 quedaron sepultados los sueños y añoranzas de unos cuantos. Digo sueños y añoranzas, porque no sólo allí, aislada, en medio de la desesperanza y del lodazal de contradicciones, quedó la revolución, también quedó atrapado el socialismo”.
Fragmentos on line: Un par de poemas del periodista, escritor y poeta chileno Alfonso Alcalde: Salmo del progenitor y Autorretrato Nº1.
Galería de Imágenes: Fotografías de París, de Ricardo Tirado, comunicador audiovisual y profesor de fotografía.

A mediados de mes, quienes viven entre el Ecuador y el Trópico de Capricornio observen los meteoros Leónidas, y dirijan alguna vez la vista al sur del cielo, para ver como aparece la Cruz del Sur por el horizonte sur-sur-este.
Nos vemos en diciembre! Y, claro, vaya antes a www.trutruka.cl

Eso...
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miércoles, noviembre 02, 2005

Minicuenteando en el Metro




Para algunos, andar en Metro, es una rutina fatigosa; por muy veloz que sea, sin grafittis, inmaculado, sin mendigos ni comercio ambulante entre los carros. Para Michel Quoist, cura obrero francés que escribió “Oraciones para rezar por la calle”, una experiencia colectiva redimidora... “prefiero salvarme con todos, en Metro, que salvarme solo, en taxi”.
Pero ése es otro tema.
Del Metro, me gustan los minicuentos que escriben sus pasajeros. Se pueden leer en las estaciones, aunque también los han editado en minilibros inencontrables.

De muestra, dos de ellos, año 2001.
El primero, de Carmen Friedli, 58 años, de la comuna de Las Condes, logró Mención Honrosa.

BOHEMIO

Traía la noche santiaguina
pegada a las suelas,
por eso lo hice
limpiarse muy bien los zapatos
antes de dejarlo entrar a mi vida.




El Primer Lugar lo obtuvo Alex Peraita, 40 años, de la comuna de San Miguel.

El Parque



Un día, como a los 8 años, caminaba con mi padre hacia el Parque O'Higgins.
Me sentía muy alegre, porque él no acostumbraba a sacarme a pasear.
Cruzando San Ignacio, se detuvo un auto con un señor de bigotes. A su lado,
una rubia princesa. Ella me sonrió, después se alejaron. Mi padre me dijo
"¿Qué miras? Olvídalo. No son como nosotros". Y me apuró del brazo. Después
se desvió al primer bar que encontramos, pidió una cerveza para él y una
Bilz para mí. Luego se tomó otra y otra. Nunca llegamos al parque.



Eso...