La Ventana de Trutruka

miércoles, octubre 26, 2005

El Enano Maldito, acota!


Que era un chico puntudo, que salía en un pasquín de izquierda, muy ingenioso, recuerda Anabella.
Que se parecía a Porky; me caía mal, debo reconocer, por ese parecido, escribe Pepe. Como su nombre lo indica, era un enano maldito, dice Tere, a los partidarios de la Unidad Popular que apoyábamos a Allende nos divertía y a los opositores los descomponía. 0 a veces era muy grosero y no respetaba a nadie.
Hay opiniones varias.
"Fue una caricatura sólo entendible en el contexto político de la época. Mirado en perspectiva, se podría criticar que su acento estaba puesto en la confrontación más que en el buscar entendimiento y muy lejos de la tolerancia", reflexiona Víctor.
Y para Roberto, "el Enano Maldito supo exhibir en plena plaza de armas las vergüenzas, miserias y vilezas de la oligarquía chilena. Los mostró tal como eran, como son y como serán, a poto pelado, sin hojita de parra y a plena luz del día". Debutó en 1970, bajo la pluma y el ingenio del periodista y caricaturista Jorge Mateluna, en la portada del diario Puro Chile. La imagen correspondería a un "petizo calvo" que cometió un crimen en el Hotel Princesa, en esa época.
Se dice de este enano: Chico puntudo, Chico pachorriento,Chico irónico, Chico bendito, Chico mal parecido, Chico ingrato, Chico grosero, Chico simpático...

Y todo esto a propósito de nada, aunque es parte de nuestro pasado.

Eso...

domingo, octubre 23, 2005

Para los amigos del Sporting Runfla




La semana pasada la alegría fue de Chaguito Morning. Hoy fue Deportes Antofagasta. Ambos equipos lograron ascender a la Primera Disión del futbol chileno. Camino dificultoso, agonía permanente. La gente se volcó a las calles. Los automovilistas bocinaban y sus copilotos, medio cuerpo afuera, ondeando la bandera del club. Esto sólo lo entienden los que se tatúan la camiseta de su club en el corazón. Como los del Sporting Runfla...de acuerdo a lo que me envió por correo electrónico un anónimo hincha de ese club.


“¿Cómo vas a saber lo que es el amor, si nunca te hiciste hincha de un club?
Cómo vas a saber lo que es el dolor, si jamás un zaguero te azotó la tibia y el peroné.
Cómo vas a saber lo que es el placer, si nunca ganaste un clásico barrial.
Cómo vas a saber lo que es llorar, si jamás perdiste un clásico sobre la
hora con un penal dudoso.
Cómo vas a saber lo que es el cariño, si nunca acariciaste la redonda de chanfle, entrándole con el revés del pie en el cachete para dejarla jadeando bajo la red.

¿Cómo vas a saber lo que es la solidaridad, si jamás saliste a dar la cara por un compañero golpeado sin fe desde atrás?
Cómo vas a saber lo que es la poesía, si nunca tiraste una gambeta.
Cómo vas a saber lo que es la humillación, si jamás te hicieron un caño.
Cómo vas a saber lo que es la amistad, si nunca devolviste una pared.
Cómo vas a saber lo que es el pánico, si nunca te sorprendieron mal parado en un contragolpe.

¿Cómo vas a saber lo que es morir un poco, si jamás fuiste a buscar la pelota adentro del arco?
Cómo vas a saber lo que es la izquierda, si nunca jugaste en equipo.
Cómo vas a saber lo que es la soledad, si jamás te paraste bajo los tres palos, a doce pasos de un fusilero, dispuesto a acabar con tus esperanzas.
Cómo vas a saber lo que es el barro, si nunca te tiraste a los pies de nadie para mandar la pelota sobre un lateral.
Cómo vas a saber lo que es el egoísmo, si nunca hiciste una de más, cuando tenías que dársela al nueve que estaba mejor ubicado.

¿Cómo vas a saber lo que es el arte, si nunca inventaste una rabona?
Cómo vas a saber lo que es la música, si jamás cantaste haciendo equilibrio sobre un parabalancha.
Cómo vas a saber lo que es el suburbio, si nunca te paraste de wing. Cómo vas a saber lo que es la clandestinidad, si nunca te tiraron un
pelotazo para que te aguantes, vos sólo, a toda la defensa rival.
Cómo vas a saber lo que es la injusticia, si nunca te sacó tarjeta roja un
referee localista.

¿Cómo vas a saber lo que es el insomnio, si jamás te fuiste al descenso?
Cómo vas a saber lo que es el odio, si nunca hiciste un gol en contra.
Cómo vas a saber lo que es la vida, hijo mío, si nunca, jamás, jugaste al fútbol”.

Eso...

miércoles, octubre 19, 2005

Yo me enamoré del aire



Qué heavy! Al Negro Piñera le faltó el aire. En medio de la celebración de su 51 cumpleaños en la discoteca Sala Murena , el farandulero y autodenominado ”Rey de la noche” debió abandonar el local, al menos un par de veces, acompañado de su mujer y de un inseparable guardia, en busca de aire... otro vital elemento.

A propósito, les transcribo unos versos de "Asma es amor", de Gonzalo Rojas, el poeta lebulense:
"Más que por la A de amor estoy por la A
de asma, y me ahogo
de tu no aire...".

Rememoro los, igual versos, de Iván Zamorano, en su "Parte de Matrimonio":
“Te amo tanto,
que cuando estás ausente,
no encuentro solución para mi respiración”.


Asociaciones que se me ocurren en primavera, empapado de brisa de mar.
No sé quién copia a quién.

Aparte de que en internet encontré caleta de:
"Sin ti... me hace falta todo,
me falta el aire que respiro
el agua que bebo
me faltan ganas para estar con otro y me sobra soledad".

Otra:
" Me falta el aire que respiro
me faltan lágrimas en los ojos
porque todas las derramé contigo".

Termino con una antigua canción que interpretaba Ángel Parra, padre:
“Puedes quitarme el aire
que preciso pa’ vivir
pero no podrás quitarme
la fuerza que nació en mí”.

Eso...

lunes, octubre 17, 2005

En Mejillones yo tuve un amor




“En Mejillones yo tuve un amor;
hoy no lo puedo encontrar.
Quizás en estas playas
esperándome estará.
Era una linda rubiecita,
ojos de verde mar;
me dio un beso y se fue,no volvió más”.

Hace justo diez días atrás, el 8 de octubre, Mejillones estuvo de fiesta. Se celebraba el 126 aniversario del Combate Naval de Angamos, "episodio de la historia que nos diera gloria y, también, victoria". Ayer y hoy, se dan cita la astucia, la inteligencia, la valentía, perseverancia, el valor y la eficacia. La verdad es que el puerto ha renacido muchas veces. La península fue descubierta por los españoles en 1842 y la bautizaron como Mejillones por la abundancia de este molusco marino. La última refundación acaeció en 1906. Ahora abundan los ostiones (o es lo mismo?).
Para los mejilloninos y mejilloninas el 8 de octubre es su verdadera fiesta patria. Un mes de celebraciones, elecciones de reina, conciertos, embanderamiento, hijos ilustres, ofrendas florales, hermoseamiento, visitas ilustres, ferias y fondas. El 8 mismo se parte con un Te Deum, este año se instaló una boya en el lugar mismo del combate, desfile militar, desfile cívico en que marchan las fuerzas vivas de Mejillones, centros de madres, colegios, scout, cheersleader, jardines infantiles, adultos mayores. Es increíble el cariño y el compromiso de sus habitantes con el lugar que los vio nacer. No son muchos, según el último censo son un poco más de 8.000, pero esos días llegan cientos de mejillonin@s que emigraron en busca de mejores posibilidades a otras ciudades. Pero las raíces son de verdad, aunque Cabrera Infante dice que no tenemos raíces porque no somos árboles.
“¡Ahora díganme dónde estará,
que no la puedo encontrar!
Mi corazón no puede,
sería fatalidad.
Yo no podré irme sin ella
nunca jamás,
pero alguno de estos días, presiento,
ha de volver”.

Escribía el poeta Andrés Sabella, “Mejillones es un pequeño puerto que cabría en la página de un libro”. Sus playas de arena blanca invitan a nadar aunque el agua es fría debido a las surgencias. Este último tiempo numerosas industrias se han instalado y hace un año comenzó a operar la primera fase de un megapuerto.
Si bien el 8 de octubre es la conmemoración de una batalla, no tiene himno marcial. Aunque afirman que en esta fecha el ser y alma nacional se enseñorean en Mejillones, ese día el himno es la canción que compuso Gamaliel Guerra y que ha hecho conocido a Mejillones, dicen que en todo el mundo. Ni es la cueca el baile nacional de Mejillones, menos los ritmos nortinos sino el foxtrot, y muchos se visten a la usanza de la época del charleston.
“Mejillones, yo te quiero,
y me da mucha tristeza
alumbrar con tus faroles
esperando que amanezca.
Mejillones duerme, duerme,
pero duerme como un niño;
’Despierta Mejillones’, me dirás,
’aquí tienes mi cariño’”.

Feliz cumpleaños, Mejillones!

Eso...

domingo, octubre 16, 2005

A la silla eléctrica



Algunas son para la risa y siempre van en primera página de los diarios y en la tele. Me refiero a las ditirámbicas iniciativas que le lleva el ofertón antidelincuencia desatado por Lavín, candidato derechista a la presidencia. Islas, botones de pánico, capar, guardias de rojo, torres de vigilancia, la tercera es la vencida. Cualquiera creería que vivimos bajo la ley de la selva.
Releyendo Rayuela, me encontré con este texto en el capítulo 117 de la famosa novela de Cortázar. Es un extracto de la defensa judicial de los jóvenes Nathan Leopold y Richard Loeb, asesinos del Bobby Franks, de 14 años. El abogado Clarence Darrow los salvó de la silla eléctrica. Corrían los años 1923 y 1924.
Vamos al texto:

“He visto a un tribunal apremiado y hasta amenazado para que condenara a muerte a dos niños, en contra de la ciencia, en contra de la filosofía, en contra del humanitarismo, en contra de la experiencia, en contra de las ideas más humanas y mejores de la época.
¿Por qué razón mi amigo Mr. Marshall, que exhumó entre las reliquias del pasado precedentes que harían enrojecer de vergüenza a un salvaje, no leyó esta frase de Blackstone: ‘Si un niño de menos de catorce años, aunque sea juzgadlo incapaz de culpa prima facie, es, en opinión del tribunal y el jurado, capaz de culpa y de discernimiento entre el bien y el mal, ¿puede ser convicto y condenado a muerte?’
Así, una niña de trece años fue quemada por haber muerto a su maestra.
Un niño de diez y otro de once años que habían matado a sus compañeros, fueron condenados a muerte, y el de diez ahorcado. ¿Por qué?
Porque sabía la diferencia que hay entre lo que está bien y lo que está mal. Lo había aprendido en la escuela dominical.

Clarence Darrow, Defensa de Leopold y Loeb, 1924

Eso...

viernes, octubre 14, 2005

Hace quinientos trece años


El 12 de octubre está marcado de rojo en los calendarios. Día feriado. Pero qué se recuerda? Se preguntan los quechuas o qichwas: ¿Hatun punchawchu tutayaqpi sarunchakuychu? , ¿día de la raza o el de la humillación? La actualización de la www.trutruka.cl del mes de octubre, viene relacionada, en gran parte, a esta fecha. Hemos publicado en Galería los retratos de varios de los conquistadores que nunca se presentaron a los tribunales de la historia. En Ensayos, publicamos “Lo común y lo diverso”, de Ariruma Kowii, antropólogo e investigador de la Universidad Andina, Ecuador. Canciones vienen en Fragmentos on line: el vals peruano “Cholo soy y no me compadezcas” , de Luis Abanto Morales y la composición “Somos todos indios”, del brasileño Raimundo Fagner. Y en la sección Cuentos, “La voz del indio norteamericano”, aparecido, ya hace tiempo, en la revista Wiñai Marka. Nuevas generaciones que renacen y buscan sus raíces e identidad, pero mirando hacia el futuro: “Un pueblo que olvida su pasado es un pueblo sin futuro”.

Otras novedades son los poemas, en Verseadores, de la peruana Marcela Robles: “Cómo escribirle a cualquier amante”. Tres Historias de vida: “Chacabuco 2004”, dos historias, mil historias, ex oficina salitrera, ex campo de concentración, de Regina Rodríguez; “Danza al ritmo de un suspiro”, entrevista hecha por el periodista panameño Modesto Tuñón Flores a Fernando Hurtado, director de la española Compañía de Danza Contemporánea; y, finalmente, de Cristián Precht, sacerdote católico, el testimonio – “Hombre de Comunión y Pionero del Ecumenismo”- sobre el Hermano Roger Schutz, asesinado hace un mes atrás por una fanática rumana. Schutz era un pastor perteneciente a la Iglesia Reformada Suiza, creador de la primera comunidad monástica ecuménica.
Finalmente, otra canción a propósito de las fiestas patrias. Se llama “Patria”, se supone, de Rubén Blades. Y un ensayo de Marcelo Zurita, “Los zapatos de Condolezza Rice”.
Que tengan una tranquila navegación y una provechosa lectura.

Eso...

lunes, octubre 10, 2005

Importa un carajo


Me llegó un saludo de un amigo muy querido –el Pato- que quiero compartir con todos uds. Se refiere a los bullados 50 años celebrados hace poco y que fue sugerente motivo de reflexiones.
“Qué alegría saber que cumples tan hermosa edad.
Lo de cumplir años, y los diversos hitos emblemáticos, son absolutamente inestables, cambiantes, engañosos. Pues no existe ningún criterio objetivo, ni comparativo para evaluarlos.
Cada persona los siente en forma distinta. Pero eso no es nada; en la medida en que transcurren los años, esas percepciones y evaluaciones, pierden absolutamente su sentido, hasta llegar a parecer ridículas.
Lo único que queda, es estar feliz cada cumpleaños, recordando la vieja sabiduría de tantos filósofos, que recuerdan que el pasado ya no existe, y el futuro tampoco, existiendo sólo el presente, que es lo único que tiene realidad. Ergo, cada instante es riquísimo, y la persona que tú tienes delante en cada instante, es la más valiosa del mundo.
Por otra parte, cuando pasan los años, por ejemplo en mi caso, recuerdo una cierta preocupación, una cierta desazón, no sé si amargura, o tensión. 50 años los veía lejanos cuando era joven; son sinónimo de vejez, o en el mejor de los casos, de madurez. Se asumen de mal grado, a regaña dientes, como fatalidad ineludible.
Pero, al pasar de los años, uno piensa, qué inmensamente feliz sería de volver a tener 50 años. Saltaría en una pata, abriría las puertas y ventana y gritaría a todos los vientos, haría fiestas, saldría a correr, a subir cerros, escribiría, pondría por escrito esa enorme felicidad, ese gozo inenarrable.
La única conclusión posible, es que la edad, los años, no existen, son un prejuicio, que cada uno siente y experimenta en forma absolutamente incomparable, no homogénea, imposible de comparar, como sumar peras y manzanas.
Cada uno se asigna un grado de juventud, cada uno tiene una mirada para verse, para juzgarse, para evaluarse. Y esa mirada aunque puede cambiar detalles accidentales, sigue siendo casi la misma.
Uno siempre ve al niño que era, al adolescente que era, al joven comenzando la vida. Es maravilloso. Uno puede intentar comparar esa imagen con la que ve en el espejo, y puede reírse de sí mismo, encontrarse idiota por tener esos delirios, esas fantasías, pero esa imagen no puede borrarse, ni las arrugas, ni las canas, ni nada, pueden borrarla. Allí está, siempre presente, siempre feliz, iluminando el camino. Importa un carajo que esa cara no coincida con la que ves tú mismo cada mañana en el espejo, con la que ve tu familia, tus amigos, tus compañeros de trabajo, los que te dan el asiento en la micro, los que te atienden en un banco o en una ventanilla, o te ven pasar en la calle. ¡Un carajo! Esa cara es imborrable, persistente, luminosa, llena de energía y alegría. Es chora, capa, bacán, como quieras llamarla.
Yo creo, muy dentro de mí, que tú, y cada uno de nosotros, caminamos en la vida al encuentro de esa cara. Y estoy plenamente convencido, que algún día la encontraremos, y volverá a coincidir con la del espejo, con la de los otros. Estoy seguro, huevón, créeme, no seai ganso, Chao.
Patricio”

Wena , Pato, gracias. Así no más es, puh!

Eso....

jueves, octubre 06, 2005

La tan mentada funda elástica



No hay salud! Literalmente.
El gobierno lanza la séptima campaña contra el SIDA.
La iglesia se escandaliza. Un par de políticos de extrema derecha y ligados al Opus, se alborotan en nombre de la moral.
Dos canales de TV ligados a la jerarquía eclesiástica, omiten los spots.
Es decir, “les gens bien”, contra la campaña contra el SIDA.
El villano de esta historia: el condón.
Las víctimas del Sida, muy bien, gracias!
Porque, aunque la tan mentada funda elástica de nombre (perdón!) condón esté aceptada por la Real Academia Española y sea más vieja que el hilo negro, la gente bien ha dicho no.
No obstante, en Chile, videntes de todos los colores han anunciado el fin de la transición, han proclamado el surgimiento de una nueva cultura, se han vanagloriado del clima de tolerancia imperante, y han dado por hecho la supremacía de lo razonable y del sentido común, estas rabietas nos devuelven a la realidad: la omnipresete espada damocliana del cartuchismo y la mojigatería.
Para los que no saben, el condón no es una invención moderna. Su existencia se remonta a miles de años atrás, ya los antiguos egipcios lo utilizaban para protegerse de las enfermedades e infecciones. Igual que ahora, nada nuevo bajo el sol.
En otras latitudes, se ríen de nosotros “los tigres de la moralina”. En otros rincones, enfrentan en serio la pandemia del SIDA.
Por qué el condón se llama condón? Hay dos posibles explicaciones. Una, deriva del vocablo latino condus, que significa recipiente. Otra, sería el nombre de un higienista inglés del siglo XVIII (otros dicen que sería el físico de Carlos II de Inglaterra), el doctor Condom o Quondam, el que los fabricaba a partir de intestinos de animales.
Alrededor del 1500, Gabriello Fallopio recomendó utilizar una funda de lino fino para protegerse contra la sífilis. Otros materiales populares usados, eran los caparazones de las tortugas y el cuero y los antiguos japoneses fomentaron el papel aceitoso y las vejigas de peces.
Y si de ingenio se trata, -y como aparte de darme por informado de esta predecible reacción a la campaña gubernamental pro condón, no me voy a enrollar-, les cuento que justo hoy me llegó un recorte de un diario franco parlante (desconozco más datos) en que Carolina, de 13 años, pregunta si es posible que un chiquillo se coloque una bolsa plástica, de ésas de supermercado, en lugar de un preservativo, y que efecto puede provocar esto?
Le responden que “todo es posible, pero no todo es aceptable”.
Le recomiendan que “si un muchacho te propone tal cosa, rehúsalo. Es que no tiene ninguna consideración por ti en particular y por las mujeres en general”.
Le explican que “un preservativo es un dispositivo concebido para ser utilizado con un doble fin: protegerse de microbios y protegerse de un embarazo no deseado. La bolsa del supermercado es concebida para envolver....las compras. Este no sólo no protege sino que arriesga además infecciones”.
Espero que esta historia no llegue a oídos de los dueños del Líder o el Jumbo, porque seguro cobrarían por las bolsas...
Y ya saben, con don o sin don? Condón


Eso...

miércoles, octubre 05, 2005

La edad no existe, los años no existen


A propósito de cumplir años, qué cantidad de reflexiones, risitas bobaliconas, dudas, miradas de reojo al carné de identidad, velados insultos, ternuras, incredulidad. “Ni falta que te hacía tener que pasar por ese miserable recordatorio de que alguien lleva la cuenta de los años. Contemos en quinquenios, decenios, o mejor "minimicemios" esta manía de contar”.
Cincuenta años. “Cincuenta brindis harás, cincuenta veces dirás que sí o cincuenta veces dirás que no”.
Un poco más, 55, 57, qué relevancia tiene? Me recuerdan que don Nicanor Parra dice “nunca he despreciado/ yo a los viejos/ porque sé que un día/ viejo yo seré”.
“ ...es que la edad, los años, no existen, - me escribe Pato Frías- son un prejuicio, que cada uno siente y experimenta en forma absolutamente incomparable, no homogénea, imposible de comparar, como sumar peras y manzanas. Cada uno se asigna un grado de juventud, cada uno tiene una mirada para verse, para juzgarse, para evaluarse. Y esa mirada, aunque pueden cambiar detalles accidentales, sigue siendo casi la misma”. Lo mismo afirma Neruda, en Oda a la edad. “Yo no creo en la edad./ Todos los viejos/ llevan/ en los ojos/ un niño, / y los niños / a veces / nos observan/ como ancianos profundos”./
Putas que eris chico! Eres un crío, señor de 5 décadas. O bien un desmemoriado. Tal vez por esa razón, amistades del Rimac recordaron “las épocas en las cuales (el festejado) tenía memoria y sabía cuantos años cumplía”. Si ya no distingue las sílabas, “con s o c son sin cuenta”. Cuento con Silvio: “Llego al club de los cincuenta/ y una mano trae la cuenta./ Llama la atención la suma/ desde hoy hasta mi cuna./ Cada fuego, cada empeño,/ cada día, cada sueño,/ viene con importe al lado,/ a pesar de lo pagado./
¿No será un truco publicitario?, se pregunta Ana María. Fe de errata exige JK, “para tus amigos que habitamos en la tierra, digo por si alguien cree que un año es la vida y diez una eternidad”. Ni modo, retruca Mario, “me has vuelto a los treinta y tanto, que más puedo pedir?”.
Estos y muchos más presentes se deslizaron por los vericuetos del e mail; a las nubes, Tres María y rayos de sol, se sumó desde Huasco el desierto florido y “si hasta el desierto puede florecer, tenemos esperanza no?”. De Chiu Chiu llegaron “con violines, cellos, flautas barrocas y unas que otras percusiones del altiplano” y de Panamá una curiosidad: “Hace unos días vi la cinta "La puta y la ballena" y me pareció que tu espíritu aventurero rondaba por allí... “ Habrá que ver... Que lo pase bien, vivirlo a concho, aunque no se dice eso a alguien que se quedó sin lágrimas. Infinidad de brindis, besos, abrazos y extravíos, "tu verdadera debilidad, los extravíos". Y seguimos cantando, el turno es de Serrat, “de vez en cuando la vida nos besa en la boca”.
Y, musito el final de la Oda a la edad: “Ahora,/ tiempo, te enrollo, / te deposito en mi/ caja silvestre / y me voy a pescar / con tu hilo largo / los peces de la aurora!”/.

Eso...